Malvinas: por la verdad y la soberanía
Hoy se conmemora el Día del Veterano y de los Caídos en Malvinas. Este año nos toca recordar a nuestros soldados en un clima particular. No sólo porque ya pasaron 30 años de aquella locura bélica que se cobró la vida de cientos de jóvenes, sino porque el reclamo de la soberanía sobre las Islas Malvinas tomó un nuevo impulso.
Este será un día de homenajes a los miles de soldados que hace tres décadas llegaron a las Islas para combatir con valor y defender la soberanía de un territorio que nos fue arrebatado a todos los argentinos.
Aquellos chicos que fueron destinados a un territorio propio, pero a la vez tan lejano. Esos jóvenes que lucharon en un clima hostil sin preparación militar ni armamento necesario contra un ejército profesional.
Creo fervientemente que no hay nada mejor que la Verdad para honrar la Memoria para nuestros héroes. Por eso, la desclasificación del Informe Rattenbach es una de las decisiones que más celebramos. Se lo merecen los soldados que combatieron y nos lo merecemos todos como país. Si queremos seguir construyendo Democracia y seguir apostando al diálogo, debemos revisar la historia que nos contaron y la que nos ocultaron. Solamente así podemos construir futuro.
El Estado argentino demostró su compromiso con la paz en la defensa de esta causa que ha pasado a ser de todos los argentinos y de todos los países de la UNASUR. Esta lucha no es una discusión entre dos países, esta lucha significa seguir peleando para eliminar todos los restos de colonialismo en nuestro continente. Significa defender nuestras riquezas naturales, como el petróleo y los recursos pesqueros, y también la soberanía antártica. Significa además evitar la creciente militarización de las islas que amenaza la soberanía territorial de toda la región.
Malvinas sigue cosechando en la mayoría del pueblo argentino una firme adhesión, continúa generando en la sociedad un fuerte sentimiento de justicia. Hay sectores que no lo ven así, hay quienes creen que la cuestión de la soberanía responde a banderas políticas, que debe dividir a oficialistas y opositores. Esos sectores son los voceros del Imperio, los que se alinean tras la posición británica, faltándole el respeto a aquellos a quienes hoy recordamos. Son estas personas, casualmente, los que tienen más voz, porque tienen más medios.
A ellos les decimos que este proyecto iniciado por Néstor Kirchner nos devolvió las fuerzas para luchar contra los que nos quieren quitar nuestros recursos, nuestro trabajo, nuestra cultura. Argentina está de pie y más firme que nunca para dar pelea junto a sus hermanos latinoamericanos contra cualquier imperio, sea una potencia europea, una corporación empresaria o un organismo de crédito internacional.
La lucha por Malvinas continúa, porque esa lucha somos todos. Porque como dijo Arturo Jauretche uno de los mayores defensores de nuestra soberanía: “Hasta que los argentinos no recuperemos para la Nación y el Pueblo el dominio de nuestras riquezas, no seremos una Nación soberana ni un Pueblo feliz”.